Ante la imposibilidad de establecer la escala en milímetros de una miniatura midiéndola en términos absolutos (la variedad de cascos, chacós o morriones, por no hablar del grosor de las peanas, daría unas cifras de lo más dispares), se hace necesario buscar términos de medición más objetivos. Para ello, el criterio convencional sitúa el tamaño de una miniatura en su altura desde las plantas de los pies hasta la línea de los ojos.

Dicho esto, dada la disparidad no solo de alturas sino de proporciones generales de lo que viene a llamarse de forma genérica la escala de 28 mm, se hacía necesario establecer esta comparativa entre algunas de las marcas más emblemáticas del mercado.

Respondiendo al criterio anterior, podemos hablar de las figuras de 1898 Miniaturas como un 28 mm «puro», ya que miden 28 mm exactos de pies a ojos, una altura considerable comparada con otras marcas pero con unas proporciones realistas y unas posturas muy naturales y dinámicas que, unido al rigor histórico de los uniformes, imprimen a estos modelos gran autenticidad.