Hacía tiempo que no lo pasábamos tan bien en un evento dedicado a nuestro hobby. A pesar de la exhaustiva preparación de las semanas previas, de la exigencia del montaje del stand, de las maratonianas jornadas de más de doce horas al pie del cañón, de las escasas horas de sueño y la perspectiva del extenuante desmontaje, además de la preocupación por si a los asistentes les gustará o no tu propuesta de este año o la dificultad incluso de encontrar huecos libres para salir del stand y visitar a otros expositores, disfrutar de las mesas de juego, cotillear en los torneos, etc. ¡cómo hemos disfrutado las Freak Wars 2023!
Desde el primer al último minuto, hemos disfrutado de lo lindo en lo personal, en lo profesional, y en lo conceptual. En lo personal, la posibilidad de conocer en vivo a los aficionados que siguen tu trabajo y ponernos cara es impagable, reencontrarnos con viejos amigos que en algunos casos no veíamos desde hace una década, sencillamente emocionante, y por qué no, ¡gozar del ambientazo y poder hacer un poco el friki es tan liberador…! En lo profesional, coincidir con otras marcas, fabricantes, diseñadores, pintores, ilustradores, etc. es una oportunidad única para crear sinergias y entablar colaboraciones. Y en lo conceptual, en las Freak Wars tienen presencia las grandes marcas establecidas, imprescindibles para dar empaque a cualquier evento que se precie, pero también las iniciativas de pequeños fabricantes, escultores y diseñadores de miniaturas, talleres de pintura, creadores de escenografía… es decir, la cantera, el hobby de base al que resulta imprescindible apoyar y dar visibilidad para conformar un tejido de profesionales esencial para que esta afición que nos apasiona gane músculo y goce de cada vez mejor salud en nuestro país.
Todo esto hace de las Freak Wars una cita obligada para todo aficionado al wargame, al miniaturismo, a los juegos de tablero, a la fantasía, al cosplay y a tantas otras cosas que logra algo tan difícil como que nos vuelvan a brillar los ojos con la ilusión de un niño. Por todo ello y mucho más que me dejo en el tintero, nuestra más sincera enhorabuena y profundo agradecimiento a esos héroes sin capa que son Ross y los compañeros de La Posada del Friki, organizadores del sarao, y a todos los que han arrimado el hombro para que esto salga adelante, clubes (Séptimo Grado, El Último Tercio, Black Seas España…), empresas, patrocinadores, transportistas, medios de comunicación, profesionales de seguridad y de limpieza y, por supuesto, a todos los asistentes que os acercasteis por el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid a pesar de la amenaza de las lluvias. Nos vamos cansados, pero con las pilas cargadas y la motivación a tope… ¡y pensado ya en el año que viene!
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